Creer en el mundo no es creer que el mundo existe,
sino creer en las posibilidades del mundo, tener confianza en nuestra capacidad
de comunicarnos con el resto del mundo, lo cual no puede ocurrir de la noche a
la mañana, esto debe iniciar con tu familia, seguido con las personas que te
rodean, logrando identificar las elementos importantes.
Uno como persona debe contempla cada camino de cerca,
entonces se deberán hacer esta pregunta crucial: ¿me lleva el corazón por esta
ruta? Si lo hace, entonces el camino es bueno. Si no es así, es inútil.
Cada vez que negamos la vida a fin de resolver una
dificultad, hacemos nacer otros diez problemas en el lugar del primero.
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